El Congreso de los Diputados acaba de aprobar la semana pasada, con los votos de Partido Popular, Vox y Sumar, una proposición que insta al Gobierno de España a acometer las obras de construcción de la estación intermodal ferroviaria de La Pasiega. La aprobación supone que la aritmética muestra con claridad que existe una clara mayoría del Congreso favorable a dicha inversión. El Gobierno de la nación debería tomar nota de esta voluntad parlamentaria y no demorar más una resolución positiva.
Tuve el honor de defender la proposición en nombre del Grupo Popular y agradezco a los grupos que apoyaron nuestra iniciativa la sensibilidad que en este punto han tenido para las necesidades de Cantabria. Pero la verdad es que me habría gustado mucho que esta proposición no hubiera sido necesaria. La estación intermodal de La Pasiega, necesaria para que el área industrial y logística ahora en construcción en Piélagos sirva plenamente tanto para la reindustrialización como para gestionar estratégicamente algunas limitaciones de espacio del Puerto de Santander, figuraba ya en el acuerdo de coalición de gobierno entre el PSOE y el PRC. Se suponía, y se nos dijo, que era un compromiso firme del llamado “papeluco”. Pero la realidad es que ni los primeros llegaron a ponerlo en marcha antes de la doble cita electoral de 2023 (autonómicas y municipales de mayo, generales de julio), ni los segundos se lo exigieron con eficacia.
Ahora ha transcurrido ya más de un año desde esos comicios y el Gobierno de España sigue sin asumir el compromiso anterior. Para no hacerlo, se han alegado algunas objeciones de tipo técnico. Sin embargo, la excelente labor del Gobierno de Cantabria y de la mano de la Consejería de Industria y de la Consejería de Fomento, con sus titulares al frente, han logrado demostrar y documentar la existencia de demanda empresarial y la necesidad económica de dicho compromiso. Demostración que así ha sido reconocida por el mismo Ministerio de Transportes.
El Presidente del Gobierno Pedro Sánchez se comprometió con la Presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga en la entrevista en Moncloa, interesarse personalmente por La Pasiega. Nuestra Presidenta no deja de reiterar al ministro Puente la necesidad de tomar una decisión positiva y definitiva. Y ahora el Congreso, en una resolución mayoritaria, insta al ministerio y a Pedro Sánchez a hacerlo.
Por supuesto, entiendo que, con la tragedia de la reciente DANA, el ministro y su equipo han tenido mucho trabajo extra, ante una catástrofe histórica que, además de causar la pérdida de cientos de vidas, ha destrozado varias infraestructuras nacionales que están a cargo de su departamento, en ferrocarriles y autovías. Vaya todo nuestro apoyo desde el Partido Popular a los damnificados y a las comunidades afectadas, especialmente Valencia por el impacto mayor allí sufrido. Por eso nuestro Presidente, Alberto Núñez Feijoo, ha impulsado un “Plan Valencia” de reconstrucción e inversiones especiales. España significa solidaridad. Con todo, aprobar la intermodal de La Pasiega y comprometerse a su financiación por Adif no le llevaría al ministerio más de cinco minutos, no consumiría gastos significativos en su presupuesto y, en cambio, acabaría con un retraso acumulado que ya camina hacia los dos años, pues recordemos que se prometió presentar el estudio informativo en la primavera de 2023 y se incumplió.
El papel de los socialistas de Cantabria en este tema no parece defendible. Ellos mismos firmaron esta inversión para alcanzar el poder regional y nacional, la incumplieron y ahora dicen que la haga el Gobierno de Cantabria, es decir, que la paguemos todos los cántabros de nuestro presupuesto. Es una inversión que para España resulta imperceptible, pero para nuestra comunidad representa casi un punto del PIB anual. Obligaría a cancelar otros gastos o a incrementar la deuda o a subir los impuestos a los cántabros. Un incumplimiento de otros que a Cantabria le saldría muy caro.
El argumento de que con otro Gobierno cántabro esta obra ya se hubiese conseguido parece totalmente capcioso. Ya hubo “otro” Gobierno cántabro durante ocho años, y no se llegó ni a presentar públicamente el estudio de viabilidad. Por tanto, el argumento más creíble es otro: que se utilizó este proyecto para hacer publicidad electoral de un acuerdo de gobierno concreto, pero no se trabajó seriamente para poner en marcha la inversión.
Muchos cántabros recordarán la paralización de las obras del AVE en Monzón de Campos en 2010; o la cancelación del AVE del Cantábrico y de la autovía A-73 Aguilar-Burgos al llegar Rodríguez Zapatero al gobierno; o la prohibición por la señora Teresa Ribera de la Autopista Reinosa-Miranda de Ebro; o el fiasco en Bruselas del tren con Bilbao; o el desastre del Plan de Cercanías; o el retraso descomunal en la integración ferroviaria de Torrelavega, que ha multiplicado los costes y ahora cae sobre vecinos y sobre todo cántabro, porque es una obra cofinanciada. Son muchísimos años perdidos y muchísimas oportunidades vitales sustraídas a los ciudadanos y empresas. Es deber de todos los partidos de Cantabria, y responsabilidad del Gobierno de la nación, trabajar para acortar unos calendarios tan desesperantes. La estación intermodal de La Pasiega debe acometerse por la Administración central. No solamente lo pide Cantabria, sino también ahora una mayoría del Congreso de los Diputados, que ha instado a ello. Hágase, pues.