Como destacadas personalidades del gobernante PRC se han sentido motivadas por mi tesis sobre el rotundo fracaso para Cantabria de su estrategia de alianza constante con el PSOE, estimo que los lectores merecen una cierta ampliación del argumento.
En primer lugar, ninguno de los señalados compromisos del regionalismo durante sus años de Presidencia en Cantabria se ha cumplido. Comillas ha sido un fracaso donde se han enterrado muchos millones de euros del contribuyente. No se ha colocado ni uno solo de los 1.000 aerogeneradores anunciados hace quince años. Tampoco ninguna de las tres centrales eléctricas que se prometieron a la comarca del Besaya; en la que tampoco han aparecido los 2.000 empleos prometidos en la minería del zinc. La Ciudad del Cine no está por ninguna parte; en la operación de Suyesa se perdieron más millones; la inversión en el Puerto de Laredo no ha servido para dinamizar la villa y sí para dar ejemplo de gasto faraónico sin análisis realista del impacto social; la Autopista Dos Mares, milagro de un Santander-Mediterráneo viario, no se hizo; la Autovía del Agua, 200 millones, que la iba a pagar el Gobierno socialista amigo del PRC, la tuvimos que pagar los cántabros de nuestro bolsillo; se perdonó al PSOE en 2007 cumplir la financiación total de Valdecilla y aún estamos reclamando los sobrecostes; el tren de alta velocidad Santander-Bilbao no lo verán nuestros ojos ni los de la generación siguiente; el suelo industrial en Medio Cudeyo, en Torrelavega y aun en La Pasiega está todavía por comercializar o por aprobar administrativamente. Ya lo máximo es aplaudir el Presupuesto de Sánchez-Iglesias para 2021, en el que Cantabria es una de las regiones más perjudicadas en materia de inversión.
El contraste con las acciones del Partido Popular no puede ser más claro. Hasta el presupuesto de 2021, todo el dinero que ha venido para un Valdecilla completamente nuevo procede de decisiones de Gobierno del Partido Popular en Madrid y Santander. El PP de Cantabria logró las mejores transferencias sanitarias de España y una de las mejores en educación, tanto universitaria como no universitaria. Bajo la Presidencia de José Martínez Sieso se abrieron o iniciaron nueve polígonos industriales. ¡Más de uno por año de mandato! Y se realizó el saneamiento de la Bahía de Santander, el históricamente demandado de la cuenca del Saja-Besaya, el de Campoo y se inició el del Asón, que PRC y PSOE aún no rematan. Se crearon 50.000 empleos netos y se pusieron en marcha iniciativas singulares de empleo que dieron oportunidad laboral a miles de personas, muchas de ellas de colectivos en riesgo de exclusión.
Con el ministro popular Álvarez Cascos, Cantabria salió de su aislamiento al adjudicarse los tramos necesarios de la Autovía del Cantábrico y la de la Meseta, y además se aprobó e inició la A-73 Aguilar-Burgos, hoy una vez más paralizada por el PSOE. El soterramiento de las vías en Torrelavega se firmó solo gracias al empecinamiento del ministro popular Íñigo de la Serna en 2018. Llevan PRC-PSOE tres años y aún no han ni licitado las obras.
El PP obtuvo además del Gobierno de España la construcción del Museo Nacional de Altamira con la réplica exacta del techo de polícromos; el Parador Nacional de Limpias; el mantenimiento de la fábrica de Altadis en Cantabria; la suavización de condiciones para la reapertura de Sniace y la mejora de capacidad del puerto de Santander. Y fue con un Gobierno del PP de Ignacio Diego como se consiguió igualar al País Vasco como región española con menos abandono escolar temprano.
En nuestra capital, donde vive un tercio de los cántabros y acuden muchos otros del resto de la comunidad, el PP ha transformado la ciudad, con una acción de apoyo decidido desde sus gobiernos autonómicos, en hitos como el Parque de Las Llamas, el Conservatorio de Música, el Museo Marítimo, el paseo marítimo propiamente dicho, el Centro Botín, el futuro Museo Reina Sofía en el Banco de España, el Túnel de Tetuán e incluso el propio edificio de Peñaherbosa donde hoy está la Presidencia del Gobierno, después de que en cuatro mandatos no haya sido capaz la coalición PSOE-PRC de construir en Puertochico una sede moderna y digna para la autonomía (con el dinero dilapidado en otras cosas hubiera bastado y sobrado).
Sin olvidar, desde luego, la conclusión por el PP de Valdecilla en 15 meses, después de que en 15 años no se había podido acabar por la falta de gestión y reivindicación del PRC ante sus amigos del PSOE. La feroz campaña socialista contra esta terminación de Valdecilla por la hoy presidenta popular María José Sáenz de Buruaga les condujo a perder todos los juicios y argumentos en contra del Hospital. Hasta ese extremo ha llegado la irracionalidad ideológica de los amigos que el PRC coloca en el poder ejecutivo.
Lo que pueda presentar, por tanto, el PRC como balance para Cantabria (no para su interés de partido) de sus cuatro coaliciones con el PSOE es infinitamente menor que el balance de sus coaliciones con el PP e incluso que los gobiernos en solitario del PP. Ahora Revilla elogia un Cabárceno que combatió virulentamente. Pero es que hay muchos Cabárcenos en Cantabria, todos impulsados por nuestra organización. Y no hay ningún Cabárceno del PRC cuando el señor Revilla ha cumplido ya los 78 años.
No puede presumir el PRC de 44 millones para Valdecilla si al tiempo llora porque nos han birlado 30 millones del fondo de ayuda covid. Porque entonces los propios cántabros, vía esos 30 millones, estamos financiado lo que supuestamente nos dan por Valdecilla. Y así es todo, una decepción tras otra, como el impuesto a las herencias que se va a cebar con la clase media trabajadora de nuestra región. Y aún detallaría, si tuviera espacio, el trompazo que la nueva normativa inflige a nuestras industrias electrointensivas. Pero esto es lo que ocurre cuando prima solo un interés de partido y no el interés regional. Se mire como se mire, la alianza PRC-PSOE es para Cantabria un rotundo fracaso y, si no cambia el panorama, las consecuencias negativas de esta deriva de cierta élite política pueden ser irreversibles. Y ni los más optimistas del PRC podrán esperar que eso no tenga consecuencias importantes en la opinión pública. Ya las está teniendo.
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