Estamos ya a escasos días de celebrar un nuevo “8 de marzo” y personalmente lo hago con la convicción de que en el año transcurrido ha quedado patente que las políticas de genero practicadas por el gobierno de coalición de Pedro Sánchez no han funcionado. No han servido para reducir las brechas de género que lastran el avance de las mujeres en su lucha por la igualdad y han propiciado una nueva distensión dentro del propio movimiento feminista. Esto es lo que sucede cuando se diseñan políticas desde el dirigismo y la radicalidad.  Las estadísticas que estamos conociendo sobre la situación de las mujeres en nuestro país demuestran que ni en el terreno laboral ni el salarial se avanza con decisión. Tampoco parece que las de conciliación hayan sido prioritarias para este gobierno que se ha enredado en señalar a hombres y mujeres en como autodefinirse sexualmente sin medir las consecuencias ni médicas ni legales de su decisión.

No quiero incluir en esta reflexión otra estadística dramática e inasumible, la que cuenta el número de mujeres asesinadas por violencia machista, que han aumentado, porque estoy convencido de que los partidos no debemos utilizar en la confrontación política una lacra que nos obliga a luchar juntos contra los asesinos de mujeres. En este empeño no deberíamos dejar rendijas en este cometido para evitar que se cuelen por ellas balbuceos exculpatorios de los salvajes.

El dirigismo y la radicalidad que desde mi punto de vista han dominado las actuaciones del ejecutivo de Sánchez han estado agravadas por la designación como máximas responsables de las políticas de igualdad a inexpertas e incompetentes gestoras que han provocado un descalabro legislativo de proporciones históricas, de bochorno y de dolorosas consecuencias que tiene en la Ley del “solo sí es sí”. La parte socialista del gobierno decidió enmendarla porque no podía con la presión social del rechazo a la ley ante una cita electoral. Y como sus socios no querían y solos no podían, llamaron al Partido Popular. Allí estuvimos y hoy tenemos afortunadamente una modificación punitiva de esta Ley, las penas han vuelto a su sitio. Esto si es hacer de la necesidad virtud, señor Sánchez, lo otro a lo que usted se refiere en España se llama chantaje. Mas grave ha sido que no hayan pedido perdón ni a las víctimas ni a sus familias ni a los jueces a los que acosaron cuando les advirtieron de las consecuencias de la aplicación de la ley.  

Año duro, pero hay alternativas y una de ellas es la que tiene el Partido Popular. Una alternativa que se apoya en conceptos muy diferentes a los desarrollados por este gobierno. Nosotros pensamos que las políticas activas de genero hay que hacerlas desde la libertad y apoyarlas en la transversalidad. Libertad desde la que las mujeres puedan desarrollar su proyecto vital sin discriminaciones ni paternalismos. Mérito y capacidad por bandera y solidaridad para que ninguna se quede atrás por falta de apoyos. Creemos que las políticas activas de genero no deben convertir a las mujeres en meras piezas de la estrategia de los partidos.

Y junto a la libertad, transversalidad, porque estamos convencidos de que es la mejor manera de abordad los retos y luchar contra las desigualdades. No tengo espacio para detenerme en ejemplos concretos, pero les recomiendo que se interesen por el plan de empleo para autónomos aprobado por el gobierno de Cantabria que preside María José Sáenz de Buruaga. Comprobarán que se puede hacer política activa de genero sin destrozar nada.

Nuestras políticas están destinadas a que las mujeres avancen desde niñas en la vida y puedan trazar su propio camino, poniendo a su disposición las herramientas que las haga crecer. Con el apoyo del conjunto de la sociedad y sin enfrentamientos absurdos que acaben reflejando en las encuestas del CIS que hay más de un 44 por ciento de hombres que se sienten perjudicados por las políticas de discriminación positiva hacia la mujer.  

Si eso es realmente así, tenemos un problema y mucho trabajo por delante. Yo creo sinceramente que el enemigo de la mujer al que debemos enfrentarnos es el machismo, origen de todos los males. Y hay que perseguirlo en todos los ámbitos y empezar a combatirlo en casa, pero combatirlo de verdad. Eligiendo el respeto como arma preferente.  

Quiero terminar esta tribuna mostrando mi admiración a todas las mujeres de mi partido, por empoderarse sin alaracas y abriendo nuevas formas de pensar y de actuar en nuestra organización. Y también para todas las mujeres de nuestra tierra, que nos han traído hasta aquí con su esfuerzo. Mi solidaridad es otro año más para todas las mujeres que en el mundo sufren violencia, que defienden su dignidad y su libertad hasta el último aliento. A todas ellas, en cualquier lugar. Y en mi corazón el recuerdo en este día es para Gema Diaz Villegas, que nos dejó hace unos meses después de darnos una lección de como el consenso y la unión entre mujeres son esenciales para lograr que se avance en la igualdad y en la defensa de sus   derechos.

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