La actividad agraria es un ámbito que trasciende de generación en generación. Sin embargo, esto podría truncarse al desaparecer las actuales bonificaciones a su herencia o cesión.
Estamos en un momento en que el despoblamiento rural es latente y es más necesario que nunca tomar medidas para paliarlo.
La armonización fiscal choca frontalmente con este relevo generacional ya que puede encontrar un obstáculo real ante las pretensiones del Gobierno de España. De hecho, así lo refrendan los expertos que señalan que la llegada de la juventud a la realidad agraria encuentra en la dificultad de estos últimos a la propiedad de la tierra, debida a la elevada fiscalidad, un importante obstáculo que debe ser abordado con el fin de favorecer el relevo generacional necesario en el campo de nuestro país.
Una problemática que me ha llevado a dirigirme de nuevo al Senado para preguntar al Gobierno si éste ha considerado el posible impacto de una eliminación de bonificaciones en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones sobre el sector rural y, también, qué medidas fiscales prevé llevar a cabo para favorecer este relevo generacional.
Pregunta que, al parecer, no merece respuesta después de mes y medio de espera. El Gobierno me informa por escrito que – cito textualmente- “la modernización del sistema fiscal para adaptarlo a los retos del siglo XXI, requiere de un análisis profundo de las distintas figuras impositivas. En este momento se está evaluando esta reforma, de manera que hasta que no se determine en su totalidad no será posible calcular su impacto”.
De nuevo toca esperar. ¿Hasta cuándo?
La economía de España se hunde y el Gobierno solo sigue inactivo.